La era digital ha impactado fuertemente en la cotidianeidad
del ser humano, los medios de comunicación han influido en gran medida en la
manera de pensar de las personas, en su cultura, tradiciones, es muy fácil.
Pareciera que el mundo te obliga a ser parte de lo digital y dejar que
te penetre de tal forma que un aparato condicione tu forma de vida, hacer que
pierdas tu esencia, tu individualidad como ser humano. El mundo virtual nos ha
esclavizado, “nos hemos convertido en la materia de nuestros propios sueños”
dice el autor Fred Ritchin en su libro “Después de la fotografía”.
Los medios de comunicación han rebasado la línea ética para
dar entretenimiento y para su propio beneficio, la imagen puede ser manipulada
a los intereses de otras personas, lo vemos frecuentemente, es tan fácil como
engañar a un país de la existencia de una niña llamada Frida que se encuentra
enterrada entre los escombros que dejo el terremoto del 19 de septiembre del
2017 en México, mientras los medios construyeron la historia y a su vez jugaban
con los sentimientos de una nación, la televisión una vez más se convertía en
la estelar en cadena nacional.
Ritchin menciona que la gente ha sobrevalorado a los medios
convirtiéndolos en su Dios. Es más fácil vivir en un mundo virtual que en el
mundo real.
Desentrañando la conducta de la gente se puede concluir que
al parecer, la gente tiene ciertas resistencias a vivir en el mundo real, también
te genera preguntas, ¿La sociedad prefiere entretenerse en las imágenes de una
pantalla para evadir su realidad? ¿Qué parte de la realidad es la que le da
tanto miedo a la maza?
Es interesante la problemática que plantea Ritchin sobre la
gran manipulación de los medios que generan deseos en el público para volverlos
consumidores de las marcas sembradas desde algún tiempo previo. Esto genera más
preguntas: ¿El ser humano se siente tan vacío que necesita rellenar sus huecos existenciales
con basura de los medios? ¿Qué pasa con la gente que no quiere adoptar estos
deseos? ¿La maza lo arrolla? ¿Se vuelve infiel ante las costumbres de una
mayoría?
El filósofo mexicano Oscar De La Borbolla en su libro “La
rebeldía de pensar” menciona que para el ser humano es muy importante su sentido
de pertenencia pues eso le brinda seguridad, tranquilidad y sin embargo, el seguir
las costumbres de la mayoría para pertenecer a un grupo te quita
individualidad, el ser humano se pierde en una mezcla homogénea.
Con esto último se puede concluir que la mayoría le da
preferencia a dejarse manipular por los medios ya que estos le brindan un
sentido de pertenencia a través de una marca o una red social.
Ritchin nos pone un claro ejemplo de la experiencia de la psicóloga
Sherry Turkle al tener su primera Macintosh, ella escribió que más allá de un
objeto “amigable” con el usuario, introdujo una forma de pensar que la llevo a
tener un valor agregado a la manipulación de la superficie y hacer de la
pantalla un mundo en sí mismo.
La fotografía manipulada puede crear
nuevas realidades, pero ahora es difícil distinguir esas realidades creadas del
mundo real, vivimos en el mundo de la fotografía. "La preminencia de la
imágen por encima de la existencia que se supone representa".
Se borra la experiencia y lo que permanece
es la imágen, y es lo que creemos real.
Otro problema es planteado, ¿Cómo saber cuál es la realidad
pura?
Dichas “realidades” , se han
utilizado para manipular al público con fines políticos y comerciales para
mostrar la realidad creada y que sea la única aceptada. Al ver lo que otros
ven, formamos parte de una percepción colectiva, la realidad es una construcción
social.
Por medio de periódicos digitales y otros
sitios de internet se pueden mostrar fotografías acompañadas de hipervínculos
que permitan conectarse con ideas, eventos, imágenes etc.. que antes se
consideraban como externas. Esto permite darle al público otro tipo de lectura
con más posibilidades, dando oportunidad a que surjan nuevas y diferentes
opiniones que ayuden a ahondar más en el contenido de dicha imágen.
Al igual que Andy Warhol, la fotografía
también funciona para "delinear las prioridades de la sociedad"
estando presente en guerras, hambrunas, eventos políticos etc. El problema de
esto surge cuando invadidos de tantas imágenes iguales, cada vez más violentas
y directas, se crea una disminución en la reacción ante ellas. El autor lo
denomina cómo "Turismo de la violencia".
La metáfora del mosaico es un
significado que conlleva una representación del pensamiento subjetivo, ya no es
ventana y espejo, si no es una representación del pensamiento relativo de cada
individuo acerca de la mirada propia, hacía el medio de la foto digital,
objetivamente todos podemos ver la foto, ¿pero procesamos igual? En común
podemos ver los mismos elementos, colores, texturas, sin embargo no podemos
sentir lo mismo hacia esa vista, en el sentido emocional, y como lo plantea el
libro, hay nuevas formas y caminos que explorar.
Ritchin giro en torno a
muchos ámbitos, sociales, políticos, bélicos y científicos, el
autor nos invita a reflexionar sobre todos ellos y crear una conciencia de como
la tecnología y el ser humano evolucionan de tal manera que nos vamos fusionando
y adaptando.