viernes, 10 de noviembre de 2017

Ensayo Walter Bejamin "Breve historia de la fotografía"

La industria de la fotografía se ha incorporado poco a poco al sistema capitalista, Susan Sontag en su libro “sobre la fotografía menciona” que cuando Kodak creo su eslogan “tu solo da un click y la cámara se encargara del resto” la gente comenzó a creer en este tipo de manipulación.
Walter Benjamín menciona en su libro “breve historia de la fotografía” un concepto fetichista: “el hombre ha sido creado a imagen y semejanza de Dios y ninguna maquina humana puede fijar la imagen divina”, tal como lo pensaba el pintor Salvador Dalí quien dijo en una entrevista con Jacobo Zabludovsky, que la diferencia entre la fotografía y una pintura es que la fotografía está realizada por un ojo mecánico mediocre mientras que en la pintura está realizada por un ojo cuasi divino creado por Dios.

Evidentemente la cámara fotográfica no se compara con el ojo humano sin embargo, el respaldarse de un concepto influenciado por ideas religiosas le quita toda objetividad y se vuelve irracional el argumento. Tal parece que los pintores temían ser reemplazados por una cámara, pues surgieron diversas críticas en la fotografía.
Al igual que Fred Ritchin, Walter Benjamín hizo un análisis de la sociedad de su época, en la que descubrió como es que la industria fotográfica fue incorporándose en la cultura de las personas de diversas épocas hasta la suya asimismo fue capaz de notar los cambios sociales a medida que la fotografía alcanzaba cada vez mayor desarrollo y lo más importante su propio sentido estético.
La fotografía fue un objeto de diversas críticas, no obstante más allá de alargar un segundo de vida capturando una imagen de un momento que se perderá en el tiempo, la fotografía fue tomando otro sentido, otro tipo de lenguaje, otro concepto y con ella nuevas connotaciones.
 La fotografía también fue tomada como un recurso para tomar nuevas perspectivas entre diversos pintores quienes descubrieron otras visiones, otras maneras de interpretación del exterior.
El logro de Daguerre para fijar las imágenes en la cámara obscura, no favoreció al retrato en miniatura y posterior a este hecho se comenzaron a crear nuevas prácticas de la fotografía como las fotografías donde aparecen personajes con sus pertenencias simbólicas haciendo alusión a la estabilidad económica o posición social.
El retrato comercial oficial es otro tipo de práctica fotográfica en la cual se pretende hacer publicidad con ella, Benjamín no se equivoca al acusar a este tipo de fotografía de negligente.
En suma, conforme pasa el tiempo la humanidad se ha encargado de distorsionar la fotografía (y otros aspectos).
El estudio cronológico de las sociedades en diversos aspectos te permite hacer un análisis de la época en la que nos tocó vivir con la finalidad de abrir nuevas interpretaciones.
Considerando las prácticas fotográficas que se mencionan en este ensayo me permití hacer una pequeña investigación en la cual descubrí que dichas prácticas se siguen ejerciendo. No hace falta ir tan lejos para darse cuenta que la gente sigue teniendo cierta tendencia a querer dejar una huella en todos los sitios en donde el individuo se encuentre, además de poseer cierta vanidad, sin embargo pienso que el sujeto ha sido manipulado a través de diversos medios para actuar de esta manera, pues la misma sociedad y cultura lo ha educado así.
Tampoco está equivocado el profesor Andrea Di Castro al mencionar que todo tiene un propósito político.

  

viernes, 3 de noviembre de 2017

Ensayo "La cámara lúcida" Roland Barthes

Es importante cuestionarnos como es que llegamos a cierta cotidianeidad  de donde surgen estas costumbres de nuestra cultura y como ha sido representada en imágenes (pinturas y fotografía) a través de los años.

Roland Barthes en su libro la cámara lúcida, menciona que en la fotografía se manejan elementos retóricos o de connotación haciendo alusión a los elementos que se encuentran culturizados que hacen que la fotografía carezca de sentido. Barthes define a la fotografía como una reproducción analógica de la realidad que no contiene signos. Sin embargo existe el estilo de la fotografía que crea un lenguaje y por lo tanto le da un sentido.


En lo personal algunas premisas de Barthes sobre la fotografía me llevaron a pensar que el impacto de una fotografía o cualquier imagen, depende de las vivencias personales de cada uno, es por eso que de una imagen se pueden desglosar diversas connotaciones sobre ella.

Considerando esto, la fotografía toma un sentido completamente subjetivo, pues se basa en experiencias y sentidos emocionales. Evidentemente la fotografía va ligada con el recuerdo, ese pedacito de memoria, un cachito de vida que solo es capaz de aparecer en la mente como una estela difuminada de esa vaga imagen fantasmal. El ser humano esta obsesionado con volver tangible ese destiempo que tanto le da nostalgia, la interrogante es ¿qué es lo que hace que las personas vivan tanto en el pasado? ¿Por qué no quedarse en su presente? Un trámite tanatologico dice Barthes de la fotografía.

Quizás sucede lo que Mercedes Sosa menciona en una interpretación musical del escritor y poeta italiano Cesare Pavece en su composición “canción de las simples cosas”, en ella menciona que “la tristeza es la muerte lenta de la simples cosas” mientras que en otra estrofa refuerza “uno vuelve siempre a los viejos sitios donde amo la vida y entonces comprendes como están de ausentes las cosas queridas” pues a los fragmentos pequeños de vida los devora el tiempo.

Barthes menciona que la fotografía es invisible, pues siempre va acompañada de un sentido subjetivo.

El escritor francés también dice que en el retrato se pueden llegar a manipular la imagen de una persona, todo depende de cómo se quiera llegar a interpretar, puede llegar a ser un alarde de un nivel financiero y social.

Roland Barthes tendía a las subjetivización con su premisa “Todo esto debe ser considerado como si fuese dicho por un personaje de novela” presentando un mar de apuntes, de notas y de fragmentos con un yo distante.

Barthes describe lo que ocurre cuando uno es mirado sin saberlo pero muy a menudo ha sido fotografiado a sabiendas y cuando se siente observado por el objetivo todo cambia: uno se pone en modo “posar” y se fabrica instantáneamente otro cuerpo y por dentro se transforma uno en imagen.

Redacta Barthes que una tarde de noviembre, poco después de la muerte de su madre, ordenaba unas fotos, hasta que “volvió a encontrarla” y supo que, por esa fatalidad del duelo, por mucho que consultase las fotos, no podría nunca recordar sus rasgos, lo que él quería era “escribir una pequeña obra sobre ella, para él solo” y no podía decir que esas fotos de ella, le gustasen, no se ponía a contemplarlas, ni se sumía en ellas, ninguna le parecía realmente “buena”. Lo que le separaba de esas fotos es la Historia. Si bien concuerdo con el autor que la fotografía repite mecánicamente lo que nunca podrá repetirse existencialmente.

La fotografía puede ser relativa, la fotografía autentifica la existencia de un ser (un ser amado, por ejemplo) y uno quiere volverlo a encontrar enteramente, en esencia. Para Barthes la fotografía es inexistente por el simple hecho de que al contemplar una fotografía lo que realmente vemos es una historia detrás de esta imagen.

La vida está hecha así, a base de pequeñas soledades.